Ha sido para mí una experiencia de sanación las terapias recibidas con Ammy Hoyos, transitando el duelo de mi esposo. Ella, con su profesionalismo y sabiduría me hacía sentir cada vez con mayor comprensión y aceptación de lo incomprensible. Agradezco a la vida por la generosidad de haberme dado el regalo de tenerla como mi terapeuta tanatologa.
Desde que acudí a ella, mi casa ha mejorado satisfactoriamente, se ve más clara, llena de vida y color, además he aprendido gracias a su guía a ser más consciente para identificar los focos negativos.
Ammy me acompañó en dos etapas maravillosas y transformadoras de mi vida: mis dos embarazos. Durante ese tiempo, enfrenté múltiples situaciones en las que ella fue un apoyo invaluable, no solo para mí, sino también para mi familia. Su presencia y acompañamiento marcaron la diferencia en cada momento difícil y de alegría. En el cierre de mi cuarentena, estuvo a mi lado con amor y dedicación, brindándome el cuidado que necesitaba. Le agradezco de todo corazón por su calidez, generosidad y por ser una parte tan importante de esta experiencia.